Así lo señaló Alfredo Serrano, Presidente de la Asociación de Empresarios y Residentes del Centro Histórico, así como José Guadalupe Martínez y Ricardo Díaz, integrantes de dicha organización.
Y es que en el primer confinamiento de hace unos meses, alrededor de mil 500 negocios, ya no lograron subsistir, sobre todo en el centro histórico de la capital.

“Falta mucho por parte del cliente, a quien le ofrecemos incluso cubrebocas, pues los negocios los tenemos. Ahorita ya cerró el 30 por ciento, pero en enero el 50 por ciento podría cerrar; el 30 por ciento quebraron; si caminas por la calle en cada calle 4 a 5 negocios cerraron porque ya no pudieron con la renta”, señaló.
Y no solo luchan con subsistir, ahora se les suma el robo hormiga, bajas ventas y el cierre de negocios, en días pasados se tuvo conocimiento del saqueo a una sombrerería, el robo de alcancías en el templo de la Merced y el intento de robo de un vehículo, todo a tan solo unas cuadras del Palacio de Gobierno.
“El robo hormiga sigue, ya se están robando los metales en Corregidora y las placas de metal; y por eso falta seguridad; si ha aumentado (el índice de robos hormiga), por falta de empleo o despidos; en nuestras familias lo vivimos y lo palpamos”, acusaron.

Si antes se tenía un robo a la semana, ahora se registran de 4 a 6, muchas veces cometidos por personas que llevan cubrebocas.
Ahora, los comerciantes consideran que si se cierran actividades en el Centro Histórico el impacto económico sería fatal, pues podrían cerrar aproximadamente el 60 por ciento de los negocios.
Ante el temor de un segundo confinamiento, empresarios del Centro Histórico refieren que la propagación del virus no está en esta zona, sino en fiestas clandestinas, antros, así como en el transporte público por lo que solicitan a las autoridades la revisión minuciosa en estos casos.
Las ventas continúan a la baja y continúan las dificultades para pagar las rentas, algunas oscilan entre los 15 a 30 mil pesos mensuales (dependiendo del local).